III. SELECCIONAR UN SUPERVISOR
Hasta ahora les he hablado de cómo elegir una disciplina investigadora, un área de investigación y la conveniencia o no de trabajar en un gran equipo o investigar con más independencia. Uno de los factores más importantes, tal vez el principal al planificar su carrera investigadora, es decidir quién supervisará su investigación.
Su supervisor puede ser el director de su tesis doctoral, como a menudo sucede. Su director de tesis ha trabajado con usted durante varios años. Juntos han forjado una buena relación investigadora.. Puede que hayan publicado y presentado ponencias juntos y existe un clima de respeto mutuo. Si se da el caso de que su director de tesis consigue fondos privados para un nuevo puesto o una subvención oficial, usted tendrá muchas posibilidades de incorporarse a su programa porque ya le conoce a nivel personal y profesional. Esto también implica que usted ha decidido seguir su carrera investigadora en la misma área en la que se doctoró o en un área semejante, ambas supervisadas por su director de tesis.
Sin embargo, suele suceder que algunos directores de tesis, especialmente los de mayor éxito, cuentan con más estudiantes que puestos de investigación remunerados disponibles. A muchos supervisores de doctorado les gusta ver cómo sus doctorandos buscan oportunidades en otras instituciones y aceptan puestos postdoctorales en organizaciones o universidades importantes en el extranjero.
Al pensar en un supervisor de investigación, le convendría tener en cuenta lo que Robert Merton identificó como el “efecto Matthew” allá por 1968. Se trata del fenómeno que la fama genera fama, que las publicaciones citadas se citan con mayor frecuencia y que los autores influyentes ven crecer su influencia. Este fenómeno se ha demostrado en diferentes disciplinas, empleándose para medir el éxito de las investigaciones parámetros diversos, como las citas en publicaciones, la calidad y el número de publicaciones y el éxito en la obtención de financiamiento para investigaciones.
Los matemáticos e ingenieros verán el efecto Matthew como un efecto de retroalimentación positivo; si lo que se consigue es un puesto cuyo supervisor es alguien de fama internacional, será bueno para usted y su carrera investigadora. Aunque nada puede sustituir a la excelencia investigadora, comprender algunos de estos aspectos sociológicos de la investigación puede ser muy ventajoso para su carrera.
Algunos grandes eruditos presionan mucho a sus jóvenes investigadores, lo que les proporciona un fuerte apoyo en sus carreras. Otros supervisores pueden aprovecharse de los jóvenes científicos a su cargo para aumentar su propio relieve: una cierta simbiosis que, por desgracia, puede ir en detrimento de la carrera del investigador junior.
En la medida de lo posible, indague en el perfil docente de su posible supervisor. La manera más clara y obvia de hacerlo es durante la entrevista o sacando a colación el tema en una conversación de manera delicada y adecuada: “Al trabajar con usted, deseo labrarme una carrera investigadora de gran calidad. ¿Podría describirme su estilo de supervisión y de gestión de personal? Así me ayudaría a optimizar nuestra relación de trabajo”. Si la plantea de la manera adecuada y en el momento justo, es una pregunta que a cualquier supervisor razonable le gustará escuchar y no tendrá problemas en contestar.
Un buen candidato a supervisor deberá acoger con agrado el hecho de que usted tenga en cuenta estos aspectos generales de la carrera investigadora y lo verá como una demostración de ganas de hacerlo bien. Además, puede ver posibles supervisores en acción en congresos u otros foros internacionales, ya sea directamente asistiendo a ellos en persona o indirectamente por los comentarios de otros delegados. Su director de tesis también puede conocer en persona o de oídas a su posible nuevo supervisor y aconsejarle sobre sus planes profesionales.
También es teóricamente posible preguntar a otros investigadores junior que estén trabajando con su posible supervisor o, mejor aún, a aquellos que hayan dejado de trabajar con él y se hayan buscado a otro. Esto deberá claramente hacerse con la debida delicadeza y cautela. En ningún momento sugiero que si le ofrecen un puesto de mucha calidad y alto relieve, indague de manera indiscreta o inadecuada en el estilo de personal de su posible supervisor. Lo que sí debería averiguar, o al menos tener en cuenta, es algo de información general. Aunque el puesto sea de gran relieve y el trabajo que usted haga sea de muy buena calidad, si la relación con su supervisor es mala, tendrá dificultades para sobresalir.
En este caso, tal vez sería más conveniente formar parte de un equipo, una organización o un departamento universitario donde pueda destacar gracias a su trabajo intenso y a la gran calidad de sus logros, evitándose problemas personales y malas relaciones que podrían pasarle factura más adelante. Además, aunque la gran mayoría de supervisores de investigación tienen un comportamiento ético intachable, por desgracia a menudo saltan a la actualidad casos de fraude investigador. Vale la pena indagar por los canales adecuados cómo es el equipo de investigación, la organización o el departamento universitario a los que pretende vincular su carrera investigadora.
Al buscar empleo, adopte una actitud resuelta y no acomodadiza. Esto también nos devuelve a la cuestión de si prefiere trabajar en solitario en su propia área de investigación, con más libertad en sus pretensiones académicas o, por el contrario, incorporarse a un gran equipo y estar más subordinado a colaboraciones dirigidas y a políticas y procedimientos colectivos. Un mentor puede ser la persona ideal para aconsejarle al respecto.
ELSEVIER
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